1.179 niñas guatemaltecas desaparecidas, ¿dónde están?

El Sistema de Alerta Alba-Keneth tiene vigentes 1 mil 179 alertas por la desaparición de menores de edad que van desde recién nacidas hasta jóvenes que no han cumplido 18 años. Las estadísticas indican que 864 casos corresponden a adolescentes, lo que según expertos en temas de niñez, refleja su vulnerabilidad ante la trata de personas.

Rosario y Cecilia (nombres ficticios) se conocieron en un bar ubicado en la calle principal de Chimaltenango. Eran menores de edad -16 y 17 años, respectivamente- y fueron captadas para la explotación sexual por una comerciante y una familiar.

En el caso de Rosario, fue llevada al prostíbulo por una vendedora ambulante en 2012; la mujer se encontraba en estado de ebriedad y le pidió ayuda a la niña para que la acompañara a su casa. En el camino la mujer le propuso trabajar en un bar y ella aceptó.

En cambio, Cecilia fue reclutada por su prima, quien empezó a prostituirla por Q300, y después la llevó al centro de explotación sexual.

Ambas menores de edad tienen una historia de maltrato en común: la primera perdió a su madre y tuvo que vivir en la casa de su abuela paterna y su progenitor. Su padre, un hombre alcohólico y violento, siempre intentó violar a una de sus hermanas y a ella le hablaba de forma morbosa.

En tanto Cecilia fue vendida al mejor postor por su prima cuando tenía menos de 14 años. La mujer le habría impuesto un futuro que la menor no decidió para su vida.

Rosario tenía vigente una alerta emitida por el Sistema Alba-Keneth que permitió su ubicación, y luego ingresó a uno de los albergues de El Refugio de la Niñez, donde ha recibido terapias psicológicas, resguardo y formación académica.

Cecilia, quien también fue acogida por esa organización, sufrió graves problemas de salud, pues fue contagiada con el virus papiloma humano -una de las infecciones de transmisión sexual más comunes- y requiere tratamiento médico.

La dueña del bar donde eran explotadas las dos adolescentes, Vilma Leticia Marroquín Hernández, fue detenida en noviembre de 2012 y luego de un largo proceso penal fue sentenciada a 30 años de cárcel, el 18 de octubre de 2013, por el delito de trata de personas; además debió pagar una reparación digna de Q30 mil a cada víctima, principalmente a quien sufre una enfermedad de transmisión sexual.

La denuncia de El Refugio de la Niñez detalla que la sentenciada recibía Q25 por cada “cliente” que requería de las menores de edad y a ellas les entregaba Q75. También las obligaba a ingerir bebidas alcohólicas al lado de los hombres con los que mantenían relaciones sexuales.

DESAPARICIONES

De acuerdo con el Sistema de Alerta Alba-Keneth, un total de 5 mil 793 alertas se activaron hasta noviembre de 2014, de esta cifra aún están vigentes 1 mil 677 y de ese porcentaje, 1 mil 179 corresponden a niñas y 498 a niños.

La mayoría de desapariciones son de adolescentes de edades comprendidas entre 13 a 18 años, 864 en total; mientras que 315 corresponden a niñas entre los 0 a 12 años.

A criterio de Justo Solórzano, especialista en Protección del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés), en algunos casos se ha determinado que las niñas han sido víctimas de trata de personas.

“En algunos casos se han encontrado niñas que han sido víctimas de trata y eso se ha informado a la Fiscalía contra la Trata. Se han iniciado algunos procesos legales y protección a testigos de estas víctimas”, indicó Solórzano.

El representante de Unicef explicó que las causas de desaparición son varias y están vinculadas a violencia en el entorno familiar.

“La mayoría de casos que reporta la Unidad Operativa -del Sistema Alba-Keneth- corresponde a niñas y adolescentes. En varias ocasiones se han encontrado que estas niñas han abandonado su casa por violencia intrafamiliar o sexual. Sin duda, estos casos deben ser abordados e investigados”, reiteró el entrevistado.

El representante de Unicef dijo que actualmente buscan que todas las desapariciones de niños y niñas sean investigadas como denuncias penales.

“Lo que se está proponiendo es que todos los casos de Alerta Alba-Keneth puedan ingresar como una denuncia penal al Ministerio Público (MP) para que los casos puedan ser investigados y se llegue al fondo, para saber cuál fue la causa por la que las niñas o adolescentes están abandonando sus hogares”, indicó.

TRATA DE PERSONAS

La trata de personas “es la captación, el transporte, el traslado, la acogida, o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concepción o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación”, según el Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas especialmente de Mujeres y Niños, que contempla la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional.

En Guatemala es posible sancionar este delito a través del Decreto 9-2009, Ley contra la Violencia Sexual, Explotación Trata de Personas.

A criterio de Mónica Mayorga, de El Refugio de la Niñez, actualmente existen varias menores de edad vulnerables a ser captadas por las redes de tratantes, que no las utilizan únicamente para la modalidad de explotación sexual, sino, también, para explotación laboral.

A criterio de la profesional no existe atención integral para las víctimas de este delito, que prácticamente deben sobreponerse a lo que les ha sucedido sin la protección de las autoridades.

“Nuestra cruda realidad nos dice que no hay resarcimiento ni apoyo para las víctimas de trata. Tenemos que estar al pendiente de esto, hay instituciones como la nuestra que realiza este trabajo, pero que lo debería realizar el Estado”, explica Mayorga.

La entrevistada dice que a las personas que han sufrido por estas situaciones son atendidas e integradas a la sociedad en diferentes temas.

“Dentro de nuestra atención está la integralidad, les damos asistencia psicológica, de trabajo social, el proceso de protección, penal, educativo, porque se les dan clases dentro del albergue, también de salud”, reitera.

Uno de los desafíos, según Mayorga, es que las niñas deben entender que fueron víctimas de los tratantes, pero, a veces, ellas no lo ven desde esa perspectiva.

“En el tema de trata de personas las víctimas no se identifican como víctimas, creen que lo que están haciendo en su trabajo normal. Ellas dicen que las personas que las acogen únicamente han querido su bienestar y así es como las engañan los tratantes”, refiere.

Se intentó obtener una declaración de Zulma Subillaga, de la Secretaría contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas (SVET), para que explicara la forma cómo el Estado apoya a las víctimas de trata, pero no contestó a las llamadas realizadas a su teléfono celular.

PREVENCIÓN

La representante de El Refugio de la Niñez reiteró que es necesario que el Estado, las familias y la sociedad prevengan este delito, con atención integral para la infancia y juventud.

“En primer lugar tenemos que ver el tema de protección a la niñez y adolescencia, tenemos que proteger a nuestros niños, niñas y adolescentes, brindarles oportunidades de desarrollo, de esa forma estamos previniendo todo lo que sucede”, enfatizó Mayorga.

Marvin Rabanales, del Instituto de Previsión Social (IPS), destacó la importancia de prevenir que más menores de edad sean afectados por este delito.

Por otro lado, detalló que es importante que exista voluntad para investigar y atender los casos que se presentan, uno de los desafíos, según él, es la falta de recursos y coordinación interinstitucional.

“Es importante la investigación criminal, la respuesta es localizar a las niñas, la reparación psicosocial, el tema es saber que tan fortalecidas están las instituciones de investigación, de alerta temprana, de localización”, refirió.

Fuente: La Hora de Guatemala