“En el negocio de la trata, la materia prima tiene rostro de mujer, de niña”

Por Tomás Loyola Barberis

Mabel Lozano es un rostro conocido en el mundo del cine y la televisión, primero como presentadora de programas y actriz, y después como directora, labor que lleva realizando con éxito desde 2007 y que la ha llevado a ganar diversos premios y reconocimientos en gran parte de la geografía española, y también en Irlanda, Perú y Argentina.

Ahora acaba de terminar el rodaje de Chicas Nuevas 24 Horas, su próximo trabajo, que verá la luz en los próximos meses. En él aborda el negocio de la trata de personas desde el punto de vista del consumidor, el que demanda el servicio. Y lo hace sin concesiones, mostrando que, para muchos, los seres humanos –en este caso con una mayoría aplastante de mujeres y niñas–, son una simple mercancía, una moneda de cambio.

¿Cómo llegó Mabel Lozano al mundo de la trata de personas?

A través de la ONG Proyecto Esperanza, que trabaja con víctimas de la trata de personas.

¿Qué le motivó personalmente a comprometerse contra la trata?

Cuando conocí a mujeres y niñas víctimas de este terrible delito, dejaron de ser una cifra más y pasaron a tener cara, nombre, piel, madres, hijos… Pasaron a llamarse Rosa, Yandy, Rocío… La sociedad debe saber que existe esclavitud aquí, a la vuelta de la esquina, y que lo que unos llaman prostitución, por lo general es explotación, abuso y violencia. La sociedad no puede vivir de espaldas, debe ser informada y no tolerar más esta lacra que, según se calcula, genera unos 32 mil millones de dólares al año en el mundo.

¿Qué busca a la hora de producir y realizar sus trabajos?

Con respecto a la trata, pretendo sensibilizar a los consumidores de este tipo de servicios, ya que su demanda es la que genera la oferta que arrastra a millones de personas a ser víctimas de la captación, traslado y explotación de distintas formas. Me parece muy importante utilizar el medio audiovisual como herramienta de sensibilización y educación, más en este caso para llegar a los jóvenes, a los presentes y futuros consumidores.

¿Qué tareas pendientes hay en el ámbito educativo respecto a la trata de personas? ¿Se puede hacer algo desde las aulas?

Desde luego. La educación es esencial, tanto en los países de origen (algunos de los cuales hemos recorrido durante el rodaje de Chicas Nuevas 24 Horas) como en aquellos países de tránsito y destino de las víctimas tratadas, como España. Visibilizando esta realidad, se puede concienciar a la sociedad e impulsar la puesta en marcha de acciones de cooperación, para que las mujeres y niñas de Paraguay, Rumanía, Colombia…, que son o han sido víctimas de trata, puedan optar a alternativas como formación y programas de autoempleo y microcréditos.

¿Se siente realizada como directora?

Me siento comprometida. Me gustaría que, a través de mi trabajo, fuera posible cambiar un poco el mundo para las mujeres y niñas víctimas de trata. Ellas no tienen mi suerte ni la de mi hija, solo por el hecho de nacer en otros países, y tienen menos oportunidades reales para poder cumplir un sueño, un proyecto de vida o tener un trabajo digno.

Multipremiada y reconocida dentro y fuera de España por su trabajo. ¿Siente todavía pudor o miedo al estrenar?

Siento compromiso, siento que no puedo decepcionar la confianza.

¿De dónde viene Chicas Nuevas 24 horas?

Como guionista y directora, mi primer documental (hace ya ocho años), fue Voces contra la trata de mujeres. Este aborda el delito poniendo el foco en las víctimas. Después vino Escúchame, un corto también sobre trata con fines de explotación sexual, con el foco puesto en el cliente. Pero también he hecho una campaña de la Policía Nacional, una campaña de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (Apramp)… Es decir, viene después de muchos años de abordar este delito, e investigar y saber que finalmente esto es un negocio, el tercero más lucrativo del mundo tras el tráfico de armas y el de drogas. Así nace Chicas Nuevas 24 Horas, para denunciar este negocio donde la materia prima tiene rostro de mujer, de niña. Detrás están los productores de cuatro países, además de lo que he conseguido en España, que son: Perú, Colombia, Argentina y Paraguay; además de televisiones, fundaciones y, desde luego, un equipo técnico maravilloso no solo para la película, sino para otras áreas, pues este es un proyecto multidisciplinar, con una pata en Internet (www.proyectochicasnuevas24horas.com), una novela escrita por la periodista Charo Izquierdo y también una exposición fotográfica.

¿Cómo ha sido su experiencia en relación con víctimas de la trata, asociaciones que luchan contra ella, etc.?

Trabajo mano a mano con Apramp, una asociación que trabaja las 24 horas en la calle atendiendo a las mujeres, dando una respuesta directa a las víctimas. Valoro mucho el trabajo que se hace en nuestro país, desde la Policía, la Fiscalía… Hay mucho compromiso contra la trata; pero, sobre todo, hay mucho compromiso con las mujeres, con las víctimas.

¿Por qué es necesario levantarse contra la trata?

Porque la trata es la compra y venta de seres humanos, como si fueran bolsos o zapatos. Es la esclavitud de este siglo.

¿Cuáles son sus planes inmediatos?

Terminar el montaje de la película e intentar llegar a todos los rincones del planeta con Chicas Nuevas 24 Horas.

¿Qué espera conseguir con el documental?

Espero para Yandy, una de nuestras protagonistas que fue víctima de trata con tan solo 14 años, lo mismo que deseo para mi hija Roberta, las mismas oportunidades.

Fuente: Periódico Escuela