Julio José Royo López. Estudiante de Secundaria de Albacete
Tras ver Chicas Nuevas 24 Horas, una cosa está clara: ¡Hay que cambiar! Porque el problema va mas allá de que unas mujeres vendan sus cuerpos obligadas por una cuestión de subsistencia. Hay que ir al fondo del problema, que es la educación. Nuestro problema es la educación, porque esto no es más que un síntoma de una enfermedad y lo más preocupante es que se ha multiplicado por cien en este último siglo.
Proyectos como este se deberían hacer desde la niñez porque conciencian a las personas de la gravedad del problema. A los jóvenes no les interesa los problemas de la humanidad contados en un papel o en un PowerPoint, sencillamente se aburren escuchando a estas personas de buena fe que vienen a concienciarte de un problema humano. Chicas Nuevas 24 Horas no es así, es un documental que sinceramente explica el problema de una forma atractiva para los jóvenes, porque ya lo dice un dicho español “una imagen vale más que mil palabras”.
Este documental demuestra que a la mujer se le utiliza como un producto normal y corriente, como si fuera el ordenador con el que estoy escribiendo este artículo. La mujer es un ser humano y por eso tiene los mismos derechos que el hombre. Este es el gran problema de algunos hombres que no aceptan que tengan los mismos derechos que las mujeres. Y cuando sale una noticia de que una mujer ha sido víctima de abusos sexuales, la mayoría de los hombres no comenta esta noticia porque en esos momentos siente que su superioridad hacia la mujer se balancea.
Y peor que la prostitución que puede ser de libre uso en ambos bandos, es la trata de personas. En la que detrás de este comercio ilegal de personas que se les trata como un producto, se esconden grandes mafias que se enriquecen a costa de abusos de humanos. Está bien que a los consumidores de una persona se les multe, pero donde yo creo que hay que luchar es contra las mafias que se enriquecen a base de esto. Y esto no es un problema de una ciudad, de una comunidad, de un país o un continente, es un problema de la humanidad entera y tenemos que empezar a pensar como especie y plantear una solución conjunta contra este negocio ilegal. Yo planteo un convenio internacional en el que se incluya a todas las naciones para luchar contra esta lacra.
Tenemos que llamar a la movilización ciudadana, no solo de mujeres sino hombres también, a que nos manifestemos conjuntamente, independiente de nuestras ideologías, a que no solo nuestro Gobierno, sino que los gobiernos de todas las naciones propongan leyes contra la trata de personas, el machismo y la desigualdad de género.