Si una palabra usamos en nuestra época es la de libertad. Sin embargo, estudiando el delito de trata, encontramos que la libertad no existe para alrededor de 4 millones de personas que son víctimas de tráfico al año, no del tráfico que vivimos usted y yo desde nuestro coche, sino de ese que decide trasladar a un ser engañado de un país a otro para lucrarse con ese tráfico, como por cierto se lucra con la venta de armas o con la venta de droga. En el caso de ese negocio se sabe que mueve aproximadamente doce millones de dólares al año… Y, sinceramente, me extraña que esto cada vez más perseguido, cada vez más penado, cada vez mas juzgado…, siga contándose, exhibiéndose a la luz del día sin que el escándalo no sea una escandalera generalizada.
Yo, que debo de tener un coche que resulta masculino, me encuentro cada dos por tres publicidad en el limpiaparabrisas en la que se ofrecen jovencitas exóticas capaces de cualquier tipo de servicio… Y no, no se refieren a la manicura o a la pedicura. Más o menos explícitos, todos tratan de lo mismo. Y yo me pregunto quién lo deja. Un día me encantaría encontrarme a quien lo ha dejado para recordarle que de las chicas que están haciendo esos servicios, aproximadamente un 80% no están haciendo esos trabajos por amor al arte, sino porque son esclavas que tienen un dueño y unas deudas con él o con ellos, que les impide trabajar libremente, y que lo hacen bajo amenazas y sin documentación… Son esclavas, sin más. Me gustaría decirle a quien deja esos papeles que jamás dejaría uno haciendo publicidad de venta de armas. Me gustaría recordarle que jamás dejaría un papel en mi coche ofreciendo cocaína o heroína… Sí, ya lo sé, soy muy bestia. Pero las mafias se encuentran en el mismo vértice. Y aunque no se encuentren, actúan igual. Y la del sexo es una industria que trabaja a nivel global y que sirve para enriquecer a unos mientras se envilece el cuerpo y el alma de otras, que llegan ahí movidas por salir de la miseria.
Y luego están los periódicos…, también con los mismo anuncios. Pero de eso hablaremos otro día.